miércoles, 27 de mayo de 2009

¿Lo recuerdas?

Sí. Era el invierno aquel. Tu madre hacía compota de tomate en la cocina. Parecía una vieja solterona con el delantal floreado y las pantuflas desgastadas. Tú, de vez en cuando, metías los dedos en el caldero, me excitaba ver cómo te quemabas un poco con la pasta caliente. Entonces yo te chupaba lascivamente el dedo dolorido.

¿No lo recuerdas? Entonces quizás lo soñé. Es que últimamente no sé si cuando sueño es que estoy despierto y el mundo real son las personas sin caras, los animales innombrables y tú con las alas rosadas. ¿Será que tú ahora eres el sueño y cuando me acuesto en la cama despierto. Será eso?

¿Y cuando subimos al Olimpo y te dejaste caer pero te diste cuenta de que flotabas? No quiero parecer desvariado, pero parece que fue ayer. Mira, hoy no me hagas mucho caso, que no he dormido mucho. Te veré esta noche en el sueño y quizás cuando te haga la pregunta, me respondas con sinceridad.

Siento parecer un niño chico, pero desde que no como compota de tomate, me falla la momoria, como el día aquel que empezamos a recordar lo que habíamos olvidado...

...¿lo recuerdas?